January 24: Este post no habla de ti hasta la tercera línea. Alguien me preguntó si era tan perversa como para disfrutar herir a alguien. No lo soy, o al menos no creo serlo. No era esa la imagen, ni tampoco la escena. Las primeras líneas quise dirigirlas a mí, puesto que no puedo permitir que minúsculas gotas intenten ahogarme. Y es sólo un llamado, porque aunque esa no sea la respuesta, aún no voy a renunciar. Simplemente dúdame una vez más.
En contadas ocasiones he disfrutado hacerte daño. Son pocas, pero no lo he disfrutado a cada momento. Las últimas han sido el extremo de lo irreal. Pareciera que cuando las cosas deciden estar mal, no lo están en absoluto. Todo se viene abajo y en realidad todo sigue flotando en medio de ese espeso lago de posibilidades. El silencio cautiva en ocasiones, pero son contadas. Puede llegar a ser tan dañino como quieras imaginarlo. Puede quebrar cualquier decisión y retrocederla hasta su más antiquísimo suceso. A veces renunciar podría ser la respuesta, aunque no estoy segura de que importe mucho si lo hago ahora o no. Tal vez notes un poco la lejanía de parte de alguien que se empeña en permanecer ausente. Puse algo de mí en tu vida y traté de adornarla. No fue posible. Ninguno descubrió el camino y antes de recorrerlo has rasgado mis tejidos. Me has devorado el sueño con decidida dulzura. Es la única lágrima que quiero dejar correr por ti, pero sé que no es la última. Ni la primera. Quisiera cerrar el ciclo y me doy cuenta con una tristeza creciente que algo dentro de mí no desea que pase así. Quizá debiera decírtelo, quizá no te va a importar, quizá piensas lo mismo, quizá entenderlo como tú deseas que lo haga me sea imposible, quizá entenderlo de otra forma me sea inevitable, quizá seguirlo sea absurdo, quizá ahogarlo me mate a mí también. Quizá insistir ya no sea la respuesta.
(Acompañamiento:
Denali - Prozac)
Denali - Prozac)
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