Siento como si hubiera despertado de un sueño terrible. Siento a la tristeza ahogándome, a mil lágrimas atrapadas en el camino del aire, impidiéndome respirar. El efecto dura unos segundos, pero pareciera que estuviera presente por horas. Quisiera encontrar esa respuesta que estás buscando y ahora sólo puedo acompañarte para que la encuentres tú. Hay cosas que quiero confesar con descarada necesidad y lo sabes. Situaciones que atormentan cada instante de mi vida y que ahora me dejan saber que aunque no me falta la fuerza, estoy perdiendo el ánimo. ¿Será que lo tuve algún día? Me conoces más que muchas personas. Has estado a mi lado en muchos momentos y sabes que ahora, justo ahora, me estoy derrumbando. Necesito tanto hablar contigo... porque aprendimos a comunicarnos con detalles, con secretos, con historias, con tristezas, con calma, con angustias, con descansos, con silencios, con abrazos, con locuras y con sinceridad.
Me has visto en el fondo de mí misma, excavando con las uñas en una tierra que no me pertenece, alrededor de pantanos a los que no pertenezco y no has dejado de cuidarme. Sé que las cosas en nuestras vidas han sido difíciles y sé también que hemos surgido de las profundidades con mucho esfuerzo. Incluso pensaría que con excesivo sacrificio, pero esa palabra parece hacer absoluto lo indispensable y entonces podría caer en el error común de llamar penas para rescatar sonrisas. Así no funciona. Me falta la motivación, lo sabes. El problema no es descubrir que este ciclo se está extinguiendo, ni tampoco lo es abandonar esas siluetas de inseguridad que manteníamos atrapadas entre nuestras manos.
Aparecen mil pensamientos que atraviesan mi cerebro y me empujan al abismo. Entonces abro mis ojos y trato de asirme a algún soporte, pero tarde descubro que estoy demasiado hundida. Ya he caído. Es el camino que tomamos y no tiene reversa. Sin embargo, hay una esperanza. No existen rutas diseñadas, se deben construir y en algún punto se puede intersecar ese hilo de cristal que guiaba nuestros pasos. No importa si se fracturan el corazón o la razón en el intento.
He evitado llorar tantas veces. He evitado explicar que adentro el vacío es enorme. He evitado mostrarme débil conmigo misma. He sido tan dura que ya no lo aguanto más. Esta vez la imagen del mundo me perturba sin que pueda comprenderlo. Solamente quiero encontrarme contigo, celebrarlo contigo y permitir que esta marea de tristeza que no dejo asomar desde hace tres meses acabe conmigo en tu compañía. Sé que será una buena terapia mi gran amiga, y sé también que otra vez, como muchas antes, estaremos juntas para soportarlo.
Me has visto en el fondo de mí misma, excavando con las uñas en una tierra que no me pertenece, alrededor de pantanos a los que no pertenezco y no has dejado de cuidarme. Sé que las cosas en nuestras vidas han sido difíciles y sé también que hemos surgido de las profundidades con mucho esfuerzo. Incluso pensaría que con excesivo sacrificio, pero esa palabra parece hacer absoluto lo indispensable y entonces podría caer en el error común de llamar penas para rescatar sonrisas. Así no funciona. Me falta la motivación, lo sabes. El problema no es descubrir que este ciclo se está extinguiendo, ni tampoco lo es abandonar esas siluetas de inseguridad que manteníamos atrapadas entre nuestras manos.
Aparecen mil pensamientos que atraviesan mi cerebro y me empujan al abismo. Entonces abro mis ojos y trato de asirme a algún soporte, pero tarde descubro que estoy demasiado hundida. Ya he caído. Es el camino que tomamos y no tiene reversa. Sin embargo, hay una esperanza. No existen rutas diseñadas, se deben construir y en algún punto se puede intersecar ese hilo de cristal que guiaba nuestros pasos. No importa si se fracturan el corazón o la razón en el intento.
He evitado llorar tantas veces. He evitado explicar que adentro el vacío es enorme. He evitado mostrarme débil conmigo misma. He sido tan dura que ya no lo aguanto más. Esta vez la imagen del mundo me perturba sin que pueda comprenderlo. Solamente quiero encontrarme contigo, celebrarlo contigo y permitir que esta marea de tristeza que no dejo asomar desde hace tres meses acabe conmigo en tu compañía. Sé que será una buena terapia mi gran amiga, y sé también que otra vez, como muchas antes, estaremos juntas para soportarlo.
(Acompañamiento:
Diana Krall - Narrow daylight)
Diana Krall - Narrow daylight)
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