Retumba en mis oídos esa canción. El día parece estar triste. Sin embargo, no lo está. Me gusta esa confusa entrega del tiempo, que se oculta para sorprender. No quiero otra sorpresa y la anhelo con todas las fuerzas de mi corazón. Y ni siquiera es tu culpa... sigue siendo la mía asomada a una ventana lúgubre e impenetrable. Siguen siendo tus ojos espiando los míos, rezagados en la curva de mis cejas, confundidos en las ondas de mis pestañas. Es una tortura pasiva. No la mereces. Tal vez el siguiente paso solamente anuncia que vas a volver a reír. Definitivamente me encanta jugar contigo. Ni siquiera interesa en qué va a terminar. Estaba recordando tus fotos de infancia. Divisando esa misma sonrisa que se asoma cuando llegas, la misma lágrima de cocodrilo que dejas entrever cuando no quieres decir nada. El ridículo sufrimiento que aparece cuando te ves expuesto. Sólo quedan lecciones. No obstante, otro lugar reclama tu presencia ahora. Nos toca cambiar. Ya descubrí en dónde estás, debes contar. Siempre terminamos en un estallido de felicidad que precede el "un, dos, tres..." Adoro jugar al escondite. Ahora es mi turno, me voy para el mío.
(Acompañamiento:
Eels - Agony)
Eels - Agony)