Ayer soñé contigo. La última vez que te vi fue hace años ya. El tiempo colapsó alrededor de cada sentimiento, de nuevo. Un día te quise. Un día sentí que te amaba, que realmente podía amar a alguien. Solamente un día. De nuevo, un día, sentí que podía confiar en alguien. Un día me enamoré de tus labios, y jugué con tus ojos como quien no tiene dueño, y alardea de su libertad frente a presos del alma. Viví a través de tus días alegrías inexplicables, inconmensurables. Me detuve frente a tu puerta, para descansar, y sin darte cuenta me diste la oportunidad de renacer. Sentí que te debía mucho, y pagué mi deuda. Entregué en hojas mi vida resumida, los instantes de añoranza más bonitos que logré recolectar después de conocerte, el pasado crudo que adornó mi historia. Fuiste mi primer amor, a pesar de que no nos amamos. Ni un poquito. Tal vez fue mi error, pero me concentré en más que ver tu deliciosa apariencia, me deleité en descubrir detrás de tus mejillas ruborizadas las huellas de un espíritu casi divino. No te idealizé, ni te permití hacerlo conmigo. Me conociste cruel, me saboreaste extraña, me encontraste misteriosa, me descubriste única. Lo dijiste esa vez. La única vez. Anoche apareciste de nuevo, te hiciste tangible en el nocturno latir de mi mente. Pasaste por el túnel desenredando el dolor. Estuviste aquí, pude sentirte.
(Acompañamiento:
Monster Movie - The impossible)