Thursday, December 29, 2005

No te entiendo

En su extraña simpatía algo sigue un curso de llantos y lamentos terribles. Algo añade al mundo un poco de misterio a través de gestos sin medida. Algo se ha perdido y ha dejado de ser joven. Eso mismo invadió mi cabeza y restó tiempo a mi duelo. Cada minuto se propaga en mi reloj por agujas delatoras que constantemente huyen de unos pasos.

Escuchaba su respiración entrecortada antes de arrojarlo al mar de mis delirios y me sentía llena. Sé que bebiendo té en el cuarto de ensayo meditaba acerca de su drama. Las paredes estaban llenas de gelatina ácida y por eso las tocaba con refinados sonidos.

Adormecida como estoy en este momento, podría encontrar su rastro en la nieve roja. ¡Escúchame niña de escamas antes de beber la tinta maldita de esa copa dorada! ¡Escucha mi plegaria silenciosa en mis ojos apagados! No ignores los pasajes vacíos que claman tu presencia en su gélido corazón. Sabes que su fuerza lo abandonó sin que nadie pudiera salvarlo. Por eso su sagrada armadura traspasó la tuya. Es la misma razón por la cual su mano fuerte y piadosa plasmó su sello en una mano glacial y cruda sin quemarse. Con espadas fúlgidas perforó tus pensamientos arcanos y dejó tormentos en tu confuso interior. Bajo su propio dolor erigió el sufrimiento para encerrarlo en una naturaleza leve, para definirlo con señales paranoicas. Recordando su extraña simpatía, intentas aún sonreír.

Sunday, December 25, 2005

Giro

¿En qué lugar del mundo dejé mi movilidad? ¿Dónde abandoné mi sensatez? Hoy pienso en ti con un sentimiento de culpa. Me dejas amarte y sé que no debo. Está prohibido. He quebrantado los límites del silencio, para hacerte mío. Únicamente a través de mis fantasías, en mi mundo solitario, que tiene en su interior a la ingrata soledad trayendo con sus manos un jarrón con flores marchitas. He hecho de tus impresiones, un universo errante lleno del olor de la tarde. Jamás pronuncié con mis labios ninguna frase adolorida para que tu puro corazón escuchara mis problemas.

Ven ahora, oscuridad de primavera, y salva su destino. Si él se une a mí, le haré daño, terminaré partiendo sus ojos para consumir sus miradas, renunciando a mis sonrisas. Le rasgaré el rostro solamente queriendo acercarme. Soy cautelosa, pero los giros que ha dado el licor de sus pasos, me han quitado el aliento.

Visión

¿Por qué me torturas? Quisiera verte ahora para siempre, cerca o lejos. Me contento con saber de ti sólo lo que tus ojos me han dicho. Ya no tienes ojos. No puedes ver. He terminado de exprimirlos con mis uñas. Ahora eres metálico y tienes hoyos en vez de pupilas. Quiero un poco más de ti.

En mi visión, tus manos estaban atadas con seda. Enredadas en una maraña de desperdicios, tus uñas flotaban. Tus rasgos iban desvaneciéndose lentamente. Te espiaba. Un ángel dorado tomó con sus alas una caricia de tu rostro. La robó. Tenías la mirada triste con la cual te conocí. También el rojo escarlata en tus fríos labios era aún más intenso. No eras perfecto, sino hermoso.

Thursday, December 22, 2005

Paroxismo

Me han herido. Han enterrado en mi pecho una cruz. Una cruz sonriente que se burla de mí.

Dejé de escuchar sonidos sordos. Perdí la capacidad de soñar sueños vivos. Ahora no siento el aire frío de la noche. Mis ojos están cansados de ser usados con maldad. Cada latido de mi corazón me indica el lejano final. Las venas de mi cuerpo no quieren llevar más mis pecados. Se arrepiente cada parte de mi ser. El olor de las cosas hermosas se hace polvo en mi nariz. No llegan a mí las orugas, se escapan volando. Alguien me dijo que era un ángel salvaje, y le creí. Sin dudarlo le creí. Entonces pensé que no tendría que tomar las oportunidades como dioses, y las olvidé. De esta manera también olvidé el alma que llevo dentro. Tal vez también olvidé ser quien soy, o quien era.

Solté palabras al viento esperando que mi mente, al regreso, las recibiera como viajantes extraños, cargadas de significados que pudiesen conmoverme. Así me condené. Me condené a no llorar con las verdaderas lágrimas del corazón, sino a transformarlas en agua salada y ahogarlas. Tuve que contenerme para no gritar y no parecer despiadada. Algunos ojos aún me miraban. La impertinencia de los espíritus no me martirizaba porque me gustaba sentirla. Me convencía de estar absolutamente segura. Protegida. Solía recordar sin precisión los detalles que diferenciaban a cada personaje de mi historia. No lo logré completamente. Creo que tampoco debía hacerlo. De otra manera, habría delatado los secretos imprecisos de su pasado.

Dejé de pensar en el universo programado que somete a los soñadores insensatos. Ahora imagino nuevos y profundos mundos. Todos ellos contienen algo en común, muy extraño. En cada mundo se recrean presentimientos faltos de cordura.

Monday, December 19, 2005

Conmoción

Entraste a mi vida en medio de una tormenta. Desde entonces, el silencio hermoso que pronuncia tu apariencia cuando me encuentro a tu lado, me envuelve. Lo primero que intentaste hacer, al oírme a mí, fue huir. No lo olvido. Tomaste entre tus blancas manos, uno de mis más valiosos escritos. No reíste cuanto terminaste de leer. Por el contrario, yo, que te veía, noté que una sombra cercó tu rostro pálido, y una lágrima, más bella que la oscura noche, rodó por tus mejillas. Me abriste el alma en dos; porque llorabas con sollozos demenciales, como si se hubiese apoderado de ti un espíritu, clamabas piedad y permanecías en silencio. Todo lo descubrí en tu mirada. No sé cuanto tiempo transcurrió, pero sé que tú hubieras preferido no haber visto mi obra. Mi celestial obra. Era cristalina. Me reflejaba a mí. Por un instante que nunca olvidaré, sentí que amaba a alguien. A ti. Completo. Ya no había en mi corazón, ningún sentimiento encontrado. Te amé… Lo arruinaste, ¿recuerdas?. Te acercaste, me diste un abrazo, me unió a ti, para siempre, y ahí, en ese momento, tenías que hacerlo. Tenías que volverme débil. ¿Por qué?. Yo sólo necesitaba oír quejas de tu vida, pero tú fuiste más allá. Lo siento, pero en ese instante, que maldigo, oí tu verdadera voz y vi tus verdaderos ojos. Por eso lo hice. Por eso estoy aquí, trayéndote flores. Por eso estoy llena de recuerdos. Tu lápida es tan brillante. Saliste de mi vida, en medio de una tormenta, con un abrazo.

Thursday, December 15, 2005

Desnuda

Nunca he tenido fronteras. He ido hasta donde he querido. Me enfrenté a mis creencias, a mi fe. He sido yo, y lo he dejado. Me he quedado sola, frente a los recuerdos letales que ennegrecieron mi vida. Ya no soy de papel, tengo un corazón.

La sensación de tus pestañas húmedas rozando con un parpadeo mi brazo, aún sigue evidente. El sabor del sol saturado de luz me aleja de la noche y de mi esencia macabra. Los caminos que trazamos no han sido nunca ciertos. No lo son porque deberíamos recorrerlos juntos, los dos. Tenías planeado cerrarlos para siempre. Era tu deber dejarme llena de conflictos y sin tiempo. De esta manera, estaría obligada a continuar levantándome todos los días de mi vida, pensando en mil cosas distintas, sumergida en mi fortuna. Creíste en la felicidad eterna del tiempo, sin contar con la rigidez de su naturaleza.

Estás aquí, leyendo conmigo mis versos, animándome a mantener la rutina de mi vida, recordándome lo fácil que parecía soportarlo.

Tuesday, December 13, 2005

Atavismo

Estoy inquieta, desconcentrada, expectante. Recordando eternidades desaparecidas en un lugar borroso. Cada minuto se propaga a través del sonido de una manecilla acusadora. Él camina protegido por esclavos vigilantes de indecisiones blanquecinas. No lo esconde la pureza ni lo envuelve la crueldad. Amante. En la oquedad de su superficie encontré dos historias sentidas. Hallé personajes ultrajados por su necesaria existencia. Lo agradezco. Vencí un muro de serpientes ceñidas a las tumbas de sus ancestros y miré el abismo. Su mano firme sintió una inconmovible que evitaba mostrar la vulnerabilidad en una fría estatua de agua.

El perfume de sus ojos se ha apoderado de mi alma. Me ha encapsulado con sus gestos en una fosa cavada por espesas capas de felicidad. Es una exultación aparente. En sus labios he detectado caminos solitarios que recorre su compañera de días inagotables. En una esquina de sus cejas estaba la desesperación exiliada de su mundo. Me preguntó: “¿morirá?” y no supe que responder.

Él no teme por su seguridad. Tal vez recrea el momento en el cual me acerqué e invadí el frágil territorio de espinas que lo cubría. Entonces sonríe sin ser visto. Evaporó mis lágrimas con sólo inclinar su rostro, como si fuera un ángel y cantara al mundo melodías escandalosas con cada suspiro. Gestos. Se ocultó rápidamente tras sus nervios, ensombrecidos quizá por la perfección de sus apreciaciones.

Millones de esqueletos se aferraban a su rastro y pretendían hundirlo en el lodo. Tomaban con sus anómalos huesos cada pedazo de piel que él mismo arrancaba de sus antebrazos para digerirla a través de susurros demenciales. La empleaban para evitar su admiración a la fría estatua de agua. Querían construir una escultura poderosa y cruel para atemorizar. El frío en sus ojos era la obra lapidaria de esos cirujanos perversos. Ellos no deseaban su comodidad, sino que anhelaban congelar sus sentimientos en bloques de metal para dividirlos antes de su muerte. Así han mantenido vivas las memorias invaluables de algunas negras armaduras antiguas. El escenario cayó y no supe qué contestar. Entonces dime: “¿morirás?”.

Saturday, December 10, 2005

Happy birthday

Happy birthday Brian, don't forget that you're my favorite postponed suicide and my most beautiful dream. This is all I want to tell you, from the bottom of my bleeding heart. Vylia.

Who

Who did tell you that I was wounded?
have you always been so smug?
I had not noticed it!
did you enjoy to hurt me when you believed that I was offended?
I’m really sorry for you
it was a child game, but you were so blind
that you believed that it was a real tragedy.

Who did convince you that this would be worthwhile?
I don't remember to have been me!
did you feel winner when you thought that I was crying locked at home?
you really make me laugh a lot!
I understand that nobody has loved you
but I’m not the exception!

Who did make you believe that I suffered with your attitude?
I know that you always dreamt of being important for somebody,
but why did you believe that I could be?
why did you believe that I could be?

Friday, December 09, 2005

Genio

Un frío tenebroso me invade los sentidos. Es porque tú estás mirándome. Aquí, ahora. Me miras y me tocas. Con tus manos de marfil, filudas, deformes. Es sagrado lo que dices, lo que piensas. Todo lo que haces. Aún así, sé que eres una serpiente, tras unos ojos negros. Me has vencido, coleccionista. Ya formo parte de tu trabajo. Estoy en medio de todo lo demás. Y tengo frío. ¿Debería llamarte coleccionista, o sepulturero?.

Wednesday, December 07, 2005

Sim, -patía

Es la primera vez que sueño con agotarte. He deseado tantas veces succionar tu esencia que tal vez hoy es la primera vez en que me doy cuenta de los alcances que he tenido. No soñaba con colocar mis manos en ti, porque el gesto sería de suprema cobardía. Por el contrario, soñaba con aprisionar tus instantes hasta el punto mismo de enloquecerte. Soñé tantas veces con salvarte. Imaginaba que interrumpía cada vez que arreglabas tu final. Un principio, un final. No importaba si tenía que padecer castigos temibles. Me castigaste de la peor forma. Nunca nadie lo había logrado. Esta niña que aparenta no tener alma nunca antes había sido destrozada. La niña de la mirada profunda y las sonrisas frías no había percibido el dolor vivo, ni había bebido sangre que no fuera suya.

Tuesday, December 06, 2005

Teoría de secciones

He estado clavando agujas en mis manos. Las enterré profundo, tanto como todos mis errores me lo exigían. Palpitaban las venas que ansiaban el castigo merecido, guiando encantadas las delgadas espinas hacia mi cabeza y mi corazón. Una melodía silenciosa y triste se esparce por todo mi cuerpo, haciéndome tiritar con su deprimente sonido, a la vez que sus notas tan faltas de sentido común describen mi vida. Creo que pierdo la razón, en mi oscuridad estoy sola queriendo alejarme de mí. La tortura me acompaña ahora, creo que quiere algo más de mi vitalidad corregida.

Derrotada. Estoy destrozada. Al igual que mis funestos pensamientos. No puedo remediarlo. Debo pensar ahora en lo que soy y lo que dejé atrás por lograrlo. Hay muchas lágrimas, me nublan la visión y me roban la alegría disfrazada. Quisiera creer en lo que mis ojos ven, en las palabras que no sé decir, en lo que guarda el mundo. No es tan tarde después de todo. Aún queda la profundidad del dolor clavado en mi cerebro, causa de un sufrimiento disimulado y vívido. Esta vez, el saber acerca de mis culpas me hiere.

Se acabó. El tiempo ha concluido. No existe en la tierra ningún lugar visible que requiera la presencia de algunos seres. Aunque yo siento que necesito encontrar algo más. La otra parte. En este paraje no hay medicinas, no hay antídotos para eliminar el veneno. Contra el mundo he fingido las esperanzas remotas de un pasado frustrado y el corazón comienza a latir distinto, sin interés, sin fuerza. Quiero experimentar definiciones acertadas, encontrar una respuesta falsa y una verdadera. Celebrar con mis misterios el haber olvidado todo. Aprisionada y sometida con las tres espadas del dolor. Vislumbrando el último asesinato, el tuyo. Quería untar mis labios con tu linfa, eso soñé. Me desperté asustada.

Sunday, December 04, 2005

Mercenary

The mercenary of the gaze likes to choose her victims analyzing them first,
she loves to play with the fears and the impressions of the people around her
and she maltreats herself when she hurts anybody,
I know it because I’m her

I see the sinful eyes and I hate it
I distrust of the time and its purity
in my own dark my friends fear me
in my fake light they don’t do it

I’m the mercenary of the gaze,
I am the mercenary of the gaze just as they describe it
I am the mercenary of the death since you went away

Saturday, December 03, 2005

Efecto

En la gigantesca noche,
alguien encontró un trozo de cielo.
Azul, pálido, limpio.
Estaba feliz con su pedazo de universo.
Lo recogió y noto que existía un lazo,
que unía una estrella con su tesoro.
Quiso seguir la suave línea,
tomó alientos y escaló.
Subió rápido durante mucho tiempo,
y se perdió.
Se perdió tu rostro en mi cabeza.

Friday, December 02, 2005

Amigo:

Dime porqué me siento entre tanta gente,
dime porqué la quiero tanto…

Dime si es que sus ojos me tienen embrujado,
dime si estoy perdido entre las estrellas que juntos contamos…

Dime que su amor me pertenece,
dime que es mía su sonrisa…

Dímelo amigo,
dímelo porque me muero.

Dímelo porque mi corazón no es el mismo sin ella, porque me duele tanto que no podré soportar su silencio.

Me muero sin ella así como muere mi adolescencia,
me pierdo sin ella así como perdí mis ganas de vivir.

Por favor, dímelo…

Juan Diego

Thursday, December 01, 2005

La ventana

De pronto, asomada a una ventana casi transparente mi escrutadora mirada descubre una singular presencia. Si hay algo que pueda hacerme daño, me gustaría saber qué es. Pero el cristal pálido atenúa con su vívida sombra cualquier grácil esperanza. En el cielo, las fieles seguidoras, que las llamaron nubes, dibujan a su paso las figuras más extrañas y mi caprichosa e insaciable mente abstrae formas desdibujando las impresiones que éstas causan en mí. Después, comienzo a encajar trozos. Partes de mí, de las nubes, que coloco sin estar segura en el borde de la sombra que aún sigue presente a través de la ventana. Respiro profundo y digo una o dos palabras, sí, creo que dos palabras. Lo más probable es ilógico. Esa primera figura que las pupilas me intentan mostrar no parece en forma alguna un ser terrenal. No es humano, ni está vivo, y mis pensamientos trabajan en descubrir alguna relación entre él y yo, rescatan un recuerdo y no consiguen aclararme la visión. De repente, poco a poco, empieza a desvanecerse el extraño ser, y con mis hambrientas manos rasguño el cristal que me impide seguir mi impulso, intento aferrarme desesperadamente a alguna migaja, de seguir un rastro, pero las lágrimas que bordean mis párpados crean otra ventana, otra, intangible, y contra mi voluntad, sin atender ruegos ni súplicas, se oponen a que yo conserve esa presencia. Más tarde, no pude recordarla.

Ni siquiera logré plasmar en algún resquicio de mi cerebro un poco de ella. Duré toda la noche persiguiendo ese resbaladizo instante, que se escurrió de mis manos y de mi voz. Ni siquiera lo alcanzó mi respiración. La agitación comenzaba a producir efectos contradictorios, casi paralelos y punzantes. Surgen en mí muchas ideas y comienzo a preguntarme de qué estoy hecha, como buscando a un responsable, y sabiendo que ese responsable soy yo inevitablemente.

Lo más valioso es lo que aún me niego a admitir. Me asaltan las dudas como si fueran aves que regresan a su nido cuando la hermosa noche comienza a caer en este mundo poblado de tanta oscuridad. Entonces intento dilucidar un poco mi entendimiento. Creo que las palabras no pueden estructurar de ninguna manera mis ideas amorfas. Se precipitan en mi anatomía intentando llenar los espacios más vedados para que yo y estas manos se restrinjan de involucrar vanamente trozos olvidados de una existencia.

Si alguien preguntara en este momento algo de mí, como siempre, acudiría al lenguaje ordinario para organizar una explicación entendible. Debo aceptar que se me hace difícil escribir ideas bellas con palabras exiguas. Aún así, trato de idear un mecanismo que me permita colocar un puente entre mi mundo exterior y mi universo interior.

Procurando vencer mis miedos, me asomo nuevamente por la ventana. Esta vez camino despacio al dirigirme hacia ella, como si deseara prolongar un duelo utilizando al tiempo como rehén. Cuando estoy a punto de continuar el camino, repentinamente algo me toca. Giro rápidamente, pero no hay nadie, ni nada. Estoy completamente segura de haber sentido débil una caricia accidental. Por mi mente, la sombra que había vislumbrado por primera vez parece adimensional.

Un terror silencioso comienza a invadirme. Siento como camina abriéndose paso entre un bosque que extrañamente no produce sombras ni sonidos, y escucho próximo a mí ese persistente y hermoso horror. Mi vista aún no lo percibe. Es tan escurridizo, tan absurdo y tan dueño de su camino. Es difícil creer que no puede sumergirse más de lo que parece. Un inefable temor se apodera de mis venas y llega hasta mi corazón. Y ese miedo es profundo y prolongado. Escucho un sonido maravilloso que sin embargo es casi imperceptible. Giro otra vez, suavemente, dando la espalda a la ventana, y me encuentro cara a cara con ese terror, que saca de mis entrañas un grito cavernoso que no suena, porque se rinde a los pies de esa figura, se abaja ante su excelsa majestuosidad. En un lacónico susurro, observo con sorpresa los ojos más hipnóticos que nunca había visto, están frente a mí, y no parpadean; a la vez, como si me enredaran en su trampa, no puedo cerrar mis asustados ojos; con espanto, se acerca a mí y yo estoy pasmada sintiendo como en algún hueco el alma que me pertenece observa atónita lo que ocurre. Cuando la distancia se ha reducido al límite en el cual no hay distracciones, comienza a desvanecerse de mí el sobresalto y se convierte en un sentimiento fraternal, y no lo entiendo. En ese oscuro semblante noto un gesto de inexplicable confusión, da la impresión de sentirse contrariado, aunque no sé si el terror pueda sentir. Parece que deseara hablar, quizá preguntarme por mi repentino cambio de parecer, y yo, aún sin entenderlo, le sonrío.

Así, sin acabar de sorprenderse, el miedo antes sentido pasa como una mirada, de mí a él, y presa del pánico se procura alejarse corriendo, yo observo con calma y con paciencia su única salida antes de tocarlo. Al contacto de mi mano firme, el temor se ve obligado a permanecer y poco a poco su agitación va desapareciendo hasta quedar únicamente un espanto dormido. Sé que mi mano no puede describir lo que he tocado, también sé que yo debo cumplir con esa tarea.

La presencia que ayer me tentó a seguirla está en este momento frente a mí, y no se me ocurre nada para decirle. No tiene rostro ni cuerpo, pero siento una calidez inexplicable, encuentro en ese momento una magia desconcertante donde cualquier palabra sería bella. Cualquier actitud se tornaría hermosa, y me decido casi mecánicamente a mirar a través de la ventana. Todo lo que ocurrió fue tan extraordinario. Me impulsó a abrir mi alma, y a ver con mis verdaderos ojos. Aclaro mi nublado instinto porque al fin entiendo que asomada a una ventana puedo volver a verte.