El espanto de la tristeza contenida se volvió vago y sutil.
Surgió el abandono de un pesar y el nacimiento de una imagen.
Me abrazó la transparencia de tu oscuridad.
Me atrapó entre sus manos y tú atrapaste las mías.
Y aún así, no nos tocamos. Ni una vez.
No hubieron más caricias que los pensamientos extraviados.
No existió el tiempo ni la prisa, aunque se sintieron juntos.
El temblor de tu seguridad me dejó perpleja.
La continua esquivación de las escenas fue estimada.
No habían actuaciones ni máscaras, aunque las usábamos.
Las dudas eran mayores, las sensaciones igual.
Se hacía pequeño el espacio en medio de tanta certeza.
El vacío de una profundidad real nos enredó en su juego.
Caprichos en varias direcciones se dirigieron a nosotros.
Ninguno de los dos era tan completamente sincero.
Ninguno de los dos decía mentiras.
Ninguno de nosotros sabía qué decir.
Y ambos sabíamos que el otro esperaba. Lo esperaba.
Sólo quedan alaridos en medio del bullicio de enérgicos silencios.
Quizá nos entendemos sin hablar. Al menos eso creemos.
Definitivamente estamos engañados.
Igual que heridos. En todos los ángulos.
A pesar de todo, no sé todavía qué decir.
Y no sé cómo. Tampoco lo sé.
Queda el retrato y el sello, la copa y el abrazo.
También todo lo demás.
La canción en el borde de mis labios.
Mi corazón en el surco de los tuyos.
El dolor de no saberte tranquilo ni antes ni después.
Aunque tú me percibas tuya, caminamos solitarios consumiendo dolor.
No es fácil admitirlo, hasta mis venas están hastiadas ya.
Nos queda mucho más que el final en el principio.
No tengas miedo, eso queda.
(Acompañamiento:
The Delgados - Coming in from the cold)
The Delgados - Coming in from the cold)
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