Hay un leve susurro en el ambiente. El recuerdo de su beso, de su mirada, de su caricia. La profunda lividez de sus manos, recorriendo despiadadas un terreno puro, sagrado. Ella, su soledad, el engaño de las cosas no dichas. La silueta de su pasado, fundida con más de lo anterior, con el filo del orgullo que lastima, con la rigidez de sus labios que negaron sus palabras. Las notas del recuerdo, la simplicidad de su proceder. Todo o nada, nada siguió igual, nada permaneció. Se evaporó su aroma, que acompañó la mentira mientras duró el trino de su roce. La tocó. Se asomó por la puerta y congeló el momento en su cabeza. No obstante, eso la hundió. Está ahora ahogándose en la superficie de algo que no conoce, que no entiende, que no sabe cómo manejar, que olvidó cómo cantar. No es el ciclo de nuevo, es el círculo que acabó al extremo del latido, con la lágrima en los ojos.
(Acompañamiento:
Yeah Yeah Yeahs - Runaway)
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