Cae la noche en mi corazón. La oscuridad comienza a invadir mi nueva esperanza, me regala un motivo para usarlo ahora porque se extinguirá después. Ya ha pasado. Las cosas terminan en un ciclo desesperado para dar paso a la errante tranquilidad que hace tiempo dormitaba en el marco de la puerta. Se perdieron las llaves y tuve que ocultarme de la luna, de las estrellas y de la luz. El sonido, sin embargo, me alcanzó. Y era hermoso. Traía mezclas de hojas secas girando en el suelo, bailarinas aladas y aromas suaves. El estruendo era magnífico. Parecía que hablaran los grillos entre sí y revelaran secretos que no alcanzamos a percibir. Y recordé cuando vi esos pequeños seres intentando hablar con tantas y tan sordas imágenes. Algunas veces somos así. A veces grillos, a veces imágenes. La mayoría del tiempo no sabemos. Pero observar la noche desde aquí, en toda su grandeza, es una experiencia que sólo se repetirá cada doce horas. Quizá quiero que dure para siempre, aunque si así fuera seguramente no me emocionaría tanto verla nuevamente y no tendría tiempo para dormir. Es que los búhos dormimos de día.
(Acompañamiento:
Ozzy Osbourne - Dreamer)
Ozzy Osbourne - Dreamer)
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