El pacto

Hace tiempo este escrito tuvo sentido. Ahora aún tiene un sentido, pero ha cambiado. No está hundido exclusivamente en oscuridad. Es parte de una luz pasajera, de una visión complicada y deliciosa que en ocasiones me recuerda que todavía hay algunos seres atrapados dentro de mí.

Te ruego por favor que no vuelvas a mirarme. No toques otra vez mis manos con tus dedos de pianista inocente y tus uñas de dragón. No sigas inspirando mi corazón, ni continúes viviendo en mi vida. Ya no llores. Ya no grites. Es demasiado doloroso compartir contigo un gesto. No me salves. En vez de hacer todo lo que haces, haz lo que está bien, lo que es natural, pon en mis labios tu malicia y déjame aspirar el aire de tu alma.

Quiero beber tu sangre. Entregarme al dulce néctar que capturas. Quiero sentir en mi corazón, los pulsos que son tuyos y creer en las cosas que has visto. Sin tener excusas, llévame contigo, guarda mis sueños, tómame prisionera si así lo quieres; pero entonces calla para siempre; porque todo lo que dices me acaba. Me atraviesan una a una tus verdaderas palabras.

(Acompañamiento:
Silverchair - Suicidal dream)