Tuesday, January 24, 2006

Asilo

Sentí a mi corazón palpitar con fuerza y desesperación cuando llegaste. Los golpes eran secos y un rumor sordo enmudecía al espíritu. Sabía que le temías y sin embargo, lo extraño de la situación me cautivó. Pocas cosas me hacen tener tanta piedad. Las voces que escuchabas debieron parecerte melódicas y frías, lo sé porque existió en el tiempo un imprevisto camino para ser transitado y en ese momento, lo recorríamos con sonidos. Cuando seguiste adelante, la infinita habitación retó a tu cobardía y ella perdió. Yo percibía tus pasos lacónicos como canciones apagadas y conocía a cada segundo tus pensamientos. La indecisión te llamó esclavo y el espíritu en frente de mí reía porque el también era su esclavo. Dudabas tú igual que él y ambos creían estar a salvo. Dime, ¿cómo pude engañarte tan fácilmente? ¿No recordabas acaso que no eras el primer ser humano que se llenaba de maligna angustia? Creo, no, no puedo creer en nada. Me exigí acabarte y lo he logrado. Me exigí llevarte hasta la cueva y ahí estás. Prometí a mí misma que sabrías la verdad antes de que amaneciera. Te prometo ahora que será rápido. A ti te he dejado menos tiempo, es injusto. Subes ahora entre las rocas con una tierna confianza en mí. Se nota en tus pasos que ignoras el motivo por el cual llegaste aquí. Pocos eslabones más y te hallarás con el espíritu y conmigo frente a frente. Quizá no reconozcas su cuerpo hecho tiras de carne, pero él tampoco reconocerá el tuyo porque he querido que no pueda verte. Me gustaría que estuvieras dormido para poder sentir tu perfecta respiración. Ahora estás justo aquí. Levantas tu mirada aterrorizado, lo ves. Los hoyos de sus mejillas sólo existen ahora como parte de un recuerdo. Ni siquiera sus labios, que eran tan imperfectos, habrían podido responderte un gesto. Lo abandonaste hace tanto tiempo, de una forma tan pasiva que no dejó huellas en ti. Me enseñaste a embalsamar el tiempo y eso hice. Embalsamé a tu padre para conservarlo junto a tus restos, dentro del frasco en el que te diluiré yo. ¿Entiendes ahora, amigo?

No comments: