suelta perfumes que parecen más fugaces
que un golpe seco.
Se engancha en el alma
como el agua entre el cabello de las sirenas,
trae consigo un viento frío,
crudo, que se prolonga
desde el primer suspiro.
Se manifiesta de muchas formas,
y es el mejor amigo en tiempos de guerra.
Crece como un árbol
de una semilla que alguien cultiva en nosotros.
Con una extraña magia,
nos hace sus esclavos,
nos rendimos ante él por su apariencia.
A veces logramos olvidar
que lo sentimos,
pero eso ocurre
al igual que en mi caso,
cuando se ha compartido con él,
toda la vida.
que un golpe seco.
Se engancha en el alma
como el agua entre el cabello de las sirenas,
trae consigo un viento frío,
crudo, que se prolonga
desde el primer suspiro.
Se manifiesta de muchas formas,
y es el mejor amigo en tiempos de guerra.
Crece como un árbol
de una semilla que alguien cultiva en nosotros.
Con una extraña magia,
nos hace sus esclavos,
nos rendimos ante él por su apariencia.
A veces logramos olvidar
que lo sentimos,
pero eso ocurre
al igual que en mi caso,
cuando se ha compartido con él,
toda la vida.
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