Tuesday, February 14, 2006

Una conversación

Esta conversación tuvo lugar en un mundo recreado por siluetas. Está hecha de impresiones que surgieron de un inocente intercambio de ideas que nació de dos. Gracias a mi querido amigo, Hamael.

- Lo siento, me disculpas?
- Te puedo disculpar. Pero quisiera ver más esa mirada que pienso y he llegado a imaginar que con esa sonrisa puedas calmar esta alma que necesita de eso, que con tan sólo tu palabra puedas decir "tranquilo, todo está bien". Que con tu mano limpies mi lágrima, que escurre por mi mejilla y llenes de ilusiones todo lo que ahora está vacío dentro de este corazón.
- Y yo quisiera ser esa mano, convertirme siquiera un instante en la palma bendita que habrá de acariciar tu rostro. Quisiera ser la esencia de esos dedos que podrían traspasar tu alma y tu corazón para clavar en medio de tu pecho el sonido de esa voz, esa que tanto necesitas.
- Que con esa sonrisa tuya pueda sonreir y que en la oscura noche pueda conseguir una ilusión. Que con ella pueda cobijarme y entre tus brazos dormir y poder volar como alguna vez lo soñé... y olvidar que en el mundo aún existe el desamor, que entre la esencia de tus dedos dejes marcadas tus huellas para poder sentir cada noche que me acompañas. Que cada día pueda volver al inicio y correr contra viento y marea, poder correr entre las nubes y poder robarte un beso que hable de nosotros. Y que dentro, muy dentro, puedas mirar que aunque estés lejos puedo verte y puedo imaginar que estás aquí.
- Y siendo entonces tu apoyo, podría quedarme sin alas? si es así, amigo mío, nada importaría ya y con devoción hacia tu alma haría que esas oscuras noches se tornaran aún más oscuras para que te protegieran con su amarga luz de mis tristezas constantes, las que ahogaría a tu lado. Las que dejarían de existir si tú estuvieras también en medio del desierto de estrellas. Y escucharíamos voces, voces silenciosas que no tendrían la categoría de susurros, voces que nos acompañarían a descubrir en el otro la magia de una palabra y la fuerza de un beso.
- Y en ese beso encerrar todos los sueños que alguna vez los hubiéramos podido cumplir, que cuando en esos momentos que tus labios y los míos se encuentren, la oscuridad nos enrede entre su pasión, no dejemos ninguna otra sombra donde nosotros sólo seremos testigos de lo que pasa a nuestro alrededor. Donde no entrara la luz y si es que alguna vez salimos de nuestro cuarto oscuro, salgamos mirando el sol y salgamos caminando en lo estrecho del cielo infinito. Que jamás nadie cubra nuestra vista ya que por medio de lágrimas entregamos todo lo que pasa entre nosotros.
- Así aplastaríamos al mundo de las sombras y lo dejaríamos sin armas, sería él y nosotros, serías tú el que se enredara entre mis manos y haría con mi corazón un sustento de nuestro secreto.
- Un secreto que sería guardado entre las sombras, el secreto que no podrá ser más visto que cuando nuestras almas vagen y entre los vivos, dejen huellas de ese secreto haciendo de este un mundo nuevo donde nosotros seremos dioses, los dioses del mundo de nuestra oscuridad, donde no exista el arma. Donde sólo existirá la rosa y el perfume de los angeles alrededor. Donde todos podamos vivir sin llorar.
- Siempre y cuando existan reglas de papel para ser quebrantadas con sonrisas. Pero en ese utópico lugar, estaríamos solos, solos enredados entre delirios y sueños.
- Sueños que de alguna u otra forma darían vida a lo que sería un mundo grande, un mundo como el de los viejos tiempos, un mundo nuevo donde tú y yo seremos algo más que una vida, seremos más que un angel, seremos el mundo entero enredado en las manos. El perfume y la esencia de lo que algun día seremos.
- La veracidad de una mirada caprichosa, la infinita angustia colándose por los poros del olvido, la dicha suprema jugando a ser nuestra confidente, nuestra más sincera celestina.
- Es mejor compartir en el silencio las palabras que uno dice, así podríamos dar mensajes a los demás y a esa persona que amamos. Y mientras en nuestro mundo la bella que seras tú y la oscuridad que sere yo invada los corazones, lo cual me dejaría vivir.
- ¿Estaríamos entonces tan cerca como para no ver nuestros ojos? ¿sentiríamos el aliento del otro tan dentro de nuestra alma? ¿quisiéramos en ese instante ahogar su oscuridad con la nuestra? ¿seríamos libres para amar?
- Todas tus preguntas serían puestas ante los ojos de aquellos que se opongan en nuestro camino pues tu eres la bella marcada por el Dios supremo, yo tan solo el vagabundo vestido de poeta, solo el rey de la noche caminando entre tus apogeos y tratando de darte un mensaje que entre mis manos nace, el poder decirte una palabra. Pero más grandioso sería poder abrazarte a mi pecho, robarte una mirada y cuando te diera un beso, morir entre tus labios por cometer ese pecado.
- Pero ese vagabundo tomaría mi alma con sus manos y me volvería poeta entre sus dedos y sellaría todo con su beso. Así no pecar, no sufrir, sino sangrar dentro de mi alma tus penas para dejarlas morir en mi tristeza, en mi opaca y terrena lejanía.

Hamael "el poeta oscuro"

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